En las últimas décadas, la digitalización ha copado los principales avances en la mayoría de los sectores. En algunos como el de la seguridad, los cambios son evidentes: hemos pasado de utilizar las clásicas llaves mecánicas a acceder a las instalaciones por reconocimiento de rostro o a gestionar de forma remota las entradas y salidas.
Los sistemas electrónicos han revolucionado el control de accesos para las empresas y cada vez es más habitual ver tarjetas, números pin, teléfonos móviles o identificación biométrica donde antes había llaves.
En este artículo abordamos el control de acceso basado en la tecnología para empresas y entornos industriales, así como las ventajas de los nuevos dispositivos, que pasan fundamentalmente por la gestión eficaz y por la seguridad.
¿Qué tipos de control de acceso existen en las empresas?
Hace décadas que muchas empresas optaron por instalar sistemas de control de acceso peatonal como los tornos o molinillos para mejorar su gestión de personal y evitar la entrada de intrusos en sus instalaciones. En la actualidad, estos sistemas, que todavía están presentes en todo tipo de instalaciones más allá del ámbito industrial o empresarial, conviven con otros que han nacido al calor de las tecnologías más recientes, como las llaves Bluetooth a través del Smartphone o los sistemas biométricos. En resumen, estos son los principales tipos de control de acceso que se utilizan en las empresas:
- Sistema de proximidad mediante tecnología RFID (tarjetas, pulseras, llaveros…).
- Tecnología Bluetooth para apertura con dispositivos móviles.
- Teclados con contraseñas y códigos numéricos.
- Reconocimiento de matrícula y otros elementos.
- Sistemas biométricos para el reconocimiento facial, de huella dactilar, del iris o incluso de la voz.
Las cerraduras electrónicas: Un sistema de fácil instalación
Para implantar estos nuevos sistemas de acceso es necesario cambiar la cerradura tradicional por una cerradura electrónica, ampliamente conocida en los hoteles, pero que también es habitual en todo tipo de entornos, desde los edificios institucionales a los centros médicos, educativos o a los espacios de trabajo, como el caso que nos atañe.
Una de las principales ventajas de estos sistemas, lejos de lo que se cree, es que son muy fáciles de instalar. De hecho, en la inmensa mayoría de los casos no supone tener que cambiar la puerta y en muchos incluso se puede aprovechar la mecánica existente, reduciendo la intervención al mínimo.
Los beneficios del control de accesos en las empresas
¿Qué se consigue con este cambio? Estas son algunas de las ventajas de instalar sistemas de control de acceso en empresas:
Seguridad
Con las llaves electrónicas partimos de la base de que la pérdida del elemento deja de ser un problema grave. Por ejemplo, si se pierde una tarjeta de proximidad basta con darla de baja. Con otros elementos, como los sistemas biométricos o las claves, es el usuario el único que tiene la capacidad de acceder, a no ser que se desvele la información en el segundo caso.
Pero el concepto de seguridad va más allá de solventar una posible pérdida. La gran ventaja de esta tecnología es que permite realizar auditorías de los accesos, con información por ejemplo sobre las aperturas, los intentos de apertura o las salidas. En este sentido, ante un fallo de seguridad en la empresa es mucho más fácil reaccionar y recopilar la información necesaria, así como mantener a raya a los intrusos. Gracias a las nuevas tecnologías y al almacenamiento de datos en la nube, muchos sistemas permiten tener acceso a estos datos desde cualquier lugar.
Para accesos desde el exterior para espacios que requieren de gran seguridad, es posible instalar un control de accesos antivandálico, con imposibilidad de manipular el controlador.
Gran adaptabilidad del sistema
Las cerraduras electrónicas permiten personalizar al máximo la gestión de los accesos, restringiendo el paso a algunas zonas, limitando los horarios en los que se puede entrar o actualizando fácilmente los permisos.
Por ejemplo, en unas oficinas los trabajadores pueden contar con una credencial que les permita acceder a las instalaciones durante el horario laboral, con permiso para entrar las instalaciones comunes y solo a su correspondiente despacho. O en una fábrica, los empleados podrán acceder en un horario determinado acorde a sus turnos a los vestuarios, al comedor y al módulo determinado en el que desempeña su labor. Asimismo, puede haber zonas restringidas para la mayoría de los usuarios, como el almacén. De esta forma, cada empresa puede configurar su sistema en base a sus necesidades.
Fácil de usar
Además de contar con una instalación sencilla, las cerraduras electrónicas también son fáciles de usar para los usuarios y de configurar para los administradores. Al instante, la persona encargada de la seguridad puede dar de alta a un usuario, restringir los accesos, otorgar nuevos permisos o limitar el número de entradas a un lugar determinado.
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