Las cerraduras electrónicas son una inversión cada vez más habitual en empresas, centros sanitarios, edificios institucionales, colegios, residencias, viviendas vacacionales y gimnasios. Además, ya cuentan con una larga tradición en los hoteles, que han ido adoptando desde el principio esta forma de control de accesos que permite reducir su tiempo de gestión y aumentar la seguridad de sus instalaciones.
Y es que, reemplazar las cerraduras convencionales por las electrónicas contribuye no solo a mejorar los procesos, sino también a ahorrar dinero gracias a ello. En este artículo analizamos cómo esta tecnología puede ayudar a disminuir los costes de los hoteles, pero también de una variedad de ámbitos en los que su instalación también es conveniente.
1. Mayor control en los accesos
Con cada capa de seguridad que añadimos a nuestra empresa, nos estamos salvaguardando de posibles riesgos con costes millonarios. Es por ello que en una gran parte de las instalaciones en las que se requiere un nivel moderado o alto de seguridad se opta por la instalación de cerraduras electrónicas, una opción tecnológica que sustituye a las tradicionales llaves y cerraduras mecánicas, tan fáciles de perder o de duplicar. Eso sí, es importante recordar que por sí solas no son infalibles y que hay que tener un plan de seguridad en función de las necesidades de protección
Una de las grandes ventajas de estas cerraduras electrónicas es que permiten prevenir. Por ejemplo, si se pierde una tarjeta de acceso basta con darla de baja. Cuando un huésped abandona el hotel, su tarjeta se reescribe. O cuando un empleado deja una empresa, es suficiente con restringir el acceso que tenía mediante tarjeta o mediante su smartphone, vía Bluetooth. Y este grado de control ahorra no solo muchas incertidumbres, sino que también evita una serie de riesgos.
Aunque no todos los problemas de seguridad los protagonizan intrusos que se cuelan en nuestras instalaciones, otras veces pueden ser los propios trabajadores o clientes los que quebranten la seguridad del espacio. Sin ir más lejos, según un estudio elaborado por HfS Research para Accenture, un 69% de las empresas ha experimentado un robo o intento de robo de datos por parte de trabajadores en el último año, con un mayor porcentaje en los medios de comunicación y las compañías TIC.
En esos casos, las cerraduras electrónicas destacan por la trazabilidad: gracias a las auditorias es posible conocer desde las entradas y salidas a una habitación, hasta los intentos fallidos y en qué momento se realizaron. Esto permite poder recabar datos sobre el incidente y actuar de forma rápida y eficaz.
2. Menos costes de mantenimiento y reemplazo
Las cerraduras tradicionales y las llaves están sometidas a un desgaste significativo, que implica hacer cambios de bombín, copias de llaves o reemplazos. Sin embargo, el diseño de las modernas cerraduras electrónicas permite que duren mucho más que las tradicionales, lo que evita muchos gastos extra en reparaciones o cambios de cerradura por pérdida de llaves. Eso sí, las cerrajas electrónicas no están exentas de mantenimiento, ya que hay que cambiar las baterías cada cierto tiempo, siempre indicado por el dispositivo. Por ello, en el momento de su instalación, conviene que un responsable de la empresa o el personal de mantenimiento en el caso de instalaciones de envergadura aprendan cómo realizar estos cuidados básicos de la tecnología adquirida.
3. Mayor eficiencia en los procesos
Pero, sin duda, el mayor ahorro económico que se consigue una vez amortizada la inversión de la instalación de las cerraduras electrónicas tiene que ver con el ahorro de tiempo, gracias a la optimización de procesos.
Esto se consigue especialmente en los lugares en los que hay un gran número de accesos, algunos de ellos restringidos. Hasta la llegada de las llaves digitales, era necesario tener diferentes llaves para acceder a múltiples lugares. Ahora, es posible centralizar todos esos accesos en una tarjeta o en un Smartphone con permisos de apertura determinados.
Por ejemplo, de esta forma, un empleado de mantenimiento tendrá acceso a la mayoría de las instalaciones, pero no podrá entrar al despacho de dirección. O un oficinista tendrá acceso a su despacho, pero no al almacén de mantenimiento.
Esta forma tan operativa de trabajar con los accesos a través de cerraduras electrónicas es mucho más rápida y, además, hace que se incurra en muchos menos errores, como acudir hasta un lugar con la llave incorrecta o no contar con una copia para el nuevo empleado (en el caso de contar con cerraduras electrónicas, se le puede otorgar el permiso en cuestión de segundos).
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